Una imagen del documental animado israelí 'Vals con Bashir'.
Los sábados y domingos disfruto leyendo la prensa porque tienen suplementos que abordan diferentes realidades. Tantos años trabajando en periódicos y gabinetes de prensa para políticos me han dejado indiferente a las noticias del día a día y de la mayoría de asuntos políticos. Hoy, gracias a ello, me he encontrado en el suplemento
Babelia de
El País una película de animación que desconocía y que trata sobre la Guerra del Líbano de 1982.
La película se llama
Vals con Bashir, de Ari Folman, que luchó en aquel conflicto y que hoy en día es considerado un extremista en Israel porque defiende el diálogo hasta con Hamás. Aparte de haber ganado varios premios, está nominada para el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, es una cinta muy peculiar puesto que está rodada en vídeo y luego animada en Flash y dicen que es más real que las imágenes reales. También la definen como "animación documental".
Los dos artículos sobre los que os he hablado, y que son interesantísimos por ver el punto de vista de un soldado israelí en contra de la guerra contra los árabes y conocer algo más sobre las matanzas de
Chabra y Chatila -en realidad sobre lo que se centra la película de Folman-, son
El baile del horror y
Cicatrices más hondas que la guerra. En ellas también se pueden observar vídeos sobre este film que se estrena el próximo 20 de febrero. Estoy esperando las reseñas de mis compañeros blogueros
Major Reisman,
Von Kleist y
Steiner.
Y, advierto, no soy partidario de palestinos o israelíes. Hay dos conflictos que me repugnan con particularidad, el árabe-israelí y la Guerra Civil Española. En este caso, no entiendo la forma tan desproporcionada de actuar de Israel -el terrorismo se combate con el ejemplo español y si no, no se acaba con él- ni la cerrazón de Hamás y Jizbulá (valientes hijos de puta que se esconden tras la población civil). Además, es un conflicto muy difícil con varias razones muy potentes por parte de los dos bandos. Sin embargo, se debe estudiar por todos los lados como cualquier otro; aunque no profundizaré demasiado en él por ahora.
Nota: echándole un vistazo a las efemérides, resulta que coincide que hoy se cumplen 26 años de la dimisión de Ariel Sharón al admitir la responsabilidad de que el Ejército Israelí no interviniera para impedir a las falanges cristianas libanesas las matanzas de palestinos en los campos de refugiados de Chabra y Chatila.