sábado, 9 de octubre de 2010

Los Balcanes, los puñeteros Balcanes...

Niños en Gorazde, jugando con un viejo antiaéreo. Ayarza Foto

Hace casi diez días que quiero presentar esta entrada sobre los Balcanes. Todo debido a un amigo fotógrafo, Álvaro Ayarza, que se fue a Bosnia este año a realizar un reportaje fotográfico. Hablando con él me picó el gusanillo y recordé siempre que la zona de los Balcanes fue en el siglo XX la olla a presión con más peligro de toda Europa.

Gráfico de las Primeras Guerras Balcánicas (1912 y 1913)

En un primer lugar, en la zona se produjeron las dos primeras guerras de consideración en el continente en los primeros años del siglo pasado (1912 y 1913), que terminó destruyendo los restos del Imperio Otomano, que quedó sólo con los territorios cercanos a Estambul. Un año después de terminar las Guerras Balcánicas, la olla a presión estalló y provocó la Primera Guerra Mundial, nada menos.

En la Segunda Guerra Mundial, los chetniks se despacharon bien a gusto con otras etnias, lo cual creó aún más deseo de venganzas que se larvaron con el concurso de Tito una de las grandes figuras del siglo XX. No hay que olvidar que creó el Movimiento de Países no Alineados y que pasó, con inusitado éxito, de Stalin y la Unión Soviética conservando la independencia de su país. El mariscal consiguió lo impensable, la mezcla de razas y religiones tratando a todos más o menos (y repito, más o menos) por igual independientemente de su etnia y su religión. Pero la cosa no podía durar siempre y cuando faltó el presidente de Yugoslavia... ésta se desintegró.

Chetniks con soldados alemanes en la Segunda Guerra Mundial

Además, no olvidemos que en la olla balcánica se concentran tres confesiones de dos religiones: de la cristiana la católica y la ortodoxa; la otra religión es la musulmana. Sólo con ver hoy en día las relaciones entre cristianos e islámicos, pese a ser religiones del libro (y menos mal que no está la judaica presente, como en Palestina), podemos darnos cuenta de lo peligroso que puede llegar a ser convivir allí.

La última guerra
Álvaro Ayarza visitó la zona con el interés de contar la Historia post-bélica de la terribilísima Guerra de Bosnia que llenó de estupor, pavor y vergüenza a los europeos entre 1992 y 1995. Un conflicto de muchos actores (servios, bosnios, croatas, eslovenos) que terminó años más tarde con la Guerra de Kosovo en 1999 y que terminó provocando la destrucción del sueño de la Gran Servia, cuando en el 2006 la siempre aliada Montenegro se independizó de este último país.

El general Radko Madlik y el presidente Servobosnio, Radovan Karadzic, criminales de guerra

Este fotógrafo, cuya página web de su estudio podéis ver aquí, se lanzó este verano a iniciar lo que llama Proyecto BIH (de Bosnia i Herzegovina), que podéis seguir en su blog. Más que recomendable, sobre todo por la calidad de su fotografía y las historias humanas que cuenta.

A partir de ese agrabilísimo encuentro con él, un día nos liamos a hablar, junto con otro amigo suyo (al que debo, y ya se lo prometo desde aquí que será la siguiente, una entrada honrando al almirante español Blas de Lezo), de aquel conflicto. Y de aquello, esta entrada.

Poco voy a hablar de esa guerra a fondo (en otra ocasión puede que sí). Quizás si os encontráis con Ayarza algún día (eso espero), os lo comente mejor que yo, ya que se ha convertido en un experto sobre ello. Pero lo que sí es cierto es puedo asegurar que en aquellos años posteriores a la intervención internacional en Kuwait contra Iraq, pudimos observar en la televisión lo peorcito del ser humano, en el patio trasero de Europa.

Después de casi 15 años, aún hay tropas internacionales acantonadas en la zona. Españoles en Kosovo, por ejemplo (esa parte de Servia, o de Albania según se mire, que España no puede reconocer como independiente). Sin embargo, presiento que el próximo conflicto, que según mi entender rondará la lucha entre cristianismo e islam como ocurre de forma larvada tipo Guerra Fría hoy en día), bien podría volver a saltar allí.

Diría que "Dios no lo quiera", pero por desgracia me da que es un asunto más de hombres en nombre de él que de su poder superior. Lo del libre albedrío, ya sabéis.

Vergüenza nos dió en su momento a todos volver a ver campos de concentración que ya creíamos olvidados tras el horror nazi. Vergüenza nos debería dar si volviera a ocurrir.

viernes, 1 de octubre de 2010

Una colección básica: 'Fuerzas de Élite'

Los cinco primeros libros de la colección, excelentemente editados

Os prometí hace ya más de una semana que le daría un repaso a la colección Fuerzas de élite de Osprey, que se vende en los quioscos gracias a RBA desde la semana pasada. Como la vida tiene ciertas cosas inesperadas, me han salido un montón de proyectos laterales a Manu Militari que me han impedido hacerlo antes, como hubiera querido.

Sin embargo hoy, tras una reunión muy fructífera, he decidido tomarme un tiempo para hacer una pequeña reseña de esta colección. En primer lugar, que todo hay que decirlo para poner las cosas en su justo lugar, la editorial me ha mandado cinco ejemplares de la misma de forma gratuita a través de Bloguzz, que contactó conmigo hace dos semanas proponiéndome esta fórmula de promoción. Bloguzz funciona de esta manera: apuntas tu blog a su red y puedes acceder a diversas promociones en la que los empresarios te envían de forma gratuita sus productos a cambio de que el blogger emita su opinión sobre ellos. Así que lo lógico es que interpretéis esta crítica teniendo en cuenta esta circunstancia; aunque como no hay más compromiso por mi parte que el agradecimiento a RBA por contar conmigo, no voy a dejar de expresar mi opinión en lo bueno y en lo malo.

Lo primero, 'Fuerzas de élite' se compone de una serie de volúmenes en rústica de 74 páginas, de las cuales son 64 de textos e ilustraciones (las demás son las de entrada y salida blancas, el ISBN, la presentación, un sumario, una página de bibliografía y un índice por temas. La maquetación es estilo Osprey, no excesivamente espectacular en mi opinión pero muy funcional porque permite una lectura rápida y en la mayoría de las páginas permite incluir fotografías y gráficos.