jueves, 23 de septiembre de 2010

Cómo cambia la prensa al cambiar el Gobierno...

Esta anécdota la recogí un comentario de Facebook y es realmente buena (creo que lo colgó mi amigo José Luis Villarig). Tiene que ver con el regreso de Napoleón en el Imperio de los Cien días una vez había llegado a Francia escapado de la isla de Elba y la actitud del periódico principal galo respecto a ello a cada día que pasaba en su viaje a París el emperador.
El cronista parlamentario Luis Carandell hablaba en una conferencia de memoria sobre cómo los periódicos observan la realidad dependiendo de quién los dirija y las circunstancias que se van produciendo. La anécdota real es un poquito más larga y las palabras no son exactas, aunque transmiten bastante bien los cambios del periódico conforme Napoleón avanzaba. Unos titulares más exactos se pueden ver aquí y son estos: 9 de marzo: “El monstruo escapó del lugar de su destierro” 10 de marzo: “El ogro corso ha desembarcado en Cabo Juan” 11 de marzo: “El tigre se ha mostrado en Gap. Están avanzando tropas por todos lados para detener su marcha. Concluirá su miserable aventura como un delincuente en las montañas” 13 de marzo: “El tirano está ahora en Lyon. Todos están aterrorizados por su aparición” 18 de Marzo: “El usurpador ha osado aproximarse hasta 60 horas de marcha de la capital” 19 de marzo: “Bonaparte avanza a marcha forzada, pero es imposible que llegue a París” 20 de marzo: “Napoleón llegará mañana a las murallas de París” 21 de marzo: “El Emperador Napoleón se halla en Fontaineblau” 22 de marzo: “Ayer por la tarde Su Majestad el Emperador hizo su pública entrada a las Tullerías. Nada puede exceder el regocijo universal”.
Cierto como la vida misma. Yo, que soy periodista me sonrío cuando la leo. Pero es que es tal cual. Me imagino al director del periódico realista saliendo por patas de París el día antes y a otros más afines al emperador poniendo titulares espectaculares esperando a ser el nuevo jefazo y es que me parto. ;-)

martes, 21 de septiembre de 2010

'Fuerzas de élite' de la Biblioteca Osprey

Una muestra de las ilustraciones que encontraréis en la colección.

RBA comienza la temporada de coleccionables con una serie de cuadernos de la reputadísima Biblioteca Osprey dedicada a Fuerzas de Élite.

La colección comprende varias entregas, desde las tropas de asalto alemanas hasta las Waffen-SS. Desde los Marines hasta los Seals. Desde La Legión que fundara Millán-Astray hasta la Legión Cóndor, ofrecida a Franco por Adolf Hitler a sugerencia de Herman Göring. La colección pretende proporcionar información exhaustiva sobre las fuerzas de élite más conocidas, desde las unidades más compactas hasta los cuerpos de ejército más combativos. Todo avalado por la gran calidad de las publicaciones Osprey, sobre todo en datos, ilustraciones y fotografías.

La colección, que ya está en los quioscos, cuenta con 43 libros. Si te suscribes ahorras muchísimo dinero y tiempo, ya que te lo envían en 12 entregas mensuales (con lo que no tienes que ir al quiosco o arriesgarte a que los distribuidores no le envíen a tu quiosquero habitual alguna entrega) y sale por 394,95 euros en un año (ni llega a 33 euros al mes, un chollo). Además, si te suscribes recibirás en la cuarta entrega un pack de 3 DVD de los Navy Seal del Ejército estadounidense. ¡Rápido, que tenéis 15 días!

Os informo además que haré una crítica de los libros ya que me los han enviado mediante Bloguzz para darles un repasito. Mañana, os cuento sobre esta nueva etapa y mis impresiones sobre la colección.

lunes, 20 de septiembre de 2010

"Aunque sí pierda el barco"


Imagen de la última bandera española en América (1826)

Dejo aquí este impresionante, impresionante, artículo de Arturo Pérez Reverte sobre la bandera española, unas monjas, Puerto Rico, y las órdenes que hay que cumplir honrada y valientemente en una guerra. Yo estoy absolutamente emocionado tras leerlo.

Las monjas y la bandera
XLSemanal - 20/9/2010

Hace algunos años, en el canal de entrada de San Juan de Puerto Rico, frente a los castillos del Morro y San Cristóbal, me llamó la atención una enorme bandera española que alguien ondeaba en un edificio blanco próximo a la embocadura. «Son las monjas», dijo quien me acompañaba, que era mi amigo y editor en Puerto Rico Miguel Tapia. «Y eso es que está entrando un barco español.» No hablamos más en ese momento, pues estábamos ocupados en otras cosas; pero lo de la bandera y las monjas me picó la curiosidad. Así que después procuré enterarme bien del asunto, que resultó ser una bella historia de lealtades y nostalgias. Algo que realmente comenzó hace más de un siglo, el 16 de julio de 1898.

Aquel fue el año del desastre. Trece días antes, la escuadra del almirante Cervera, que había salido a combatir sin esperanza en el combate más estúpido y heroico de nuestra historia, había sido aniquilada en Santiago de Cuba por el abrumador poder naval norteamericano. Los buques de guerra yanquis bloqueaban la isla de Puerto Rico, impidiendo la llegada de refuerzos y suministros a las tropas cercadas. En esas circunstancias, el Antonio López, un moderno y rápido buque mercante que había salido de Cádiz con armas y pertrechos para la guarnición, recibió un telegrama con el texto: «Es Que Usted Haga Llegar Preciso El Cargamento Un Puerto Rico Aunque Sí Pierda El Barco». Veterano, disciplinado, profesional, con los aparejos en su sitio, el capitán del Antonio López, que se llamaba don Ginés Carreras, intentó burlar el bloqueo estadounidense. No lo consiguió. El 28 de junio, cuando navegando sin luces y pegado a la costa intentaba entrar en San Juan, fue localizado por el USS Yosemite, que lo cañoneó. El capitán Carreras logró escapar a medias, varando el barco en Ensenada Honda, cerca de la playa de Socorro, desde donde en los días siguientes intentó llevar a tierra cuanto podía salvarse del cargamento. Pero dos semanas más tarde, el USS New Orleans se acercó para dar el golpe de gracia, destrozándolo a cañonazos.

Fue entonces cuando se tejió la historia que les cuento. Bajo el bombardeo, un tripulante del Antonio López, que se había atado la bandera del barco a la cintura antes de echarse al agua para intentar ganar tierra a nado, llegó gravemente herido a la orilla. Nunca pudo averiguarse su nombre, pues murió en brazos de un puertorriqueño de los que acudieron a ayudar a los náufragos. «Que no la agarren», suplicó el marinero mientras moría, señalando la bandera. Y el puertorriqueño cumplió su palabra, quizá porque se llamaba Rocaforte y era de padres gallegos. Hombre supersticioso o religioso, y en cualquier caso hombre de bien, por no incumplir la demanda de un moribundo, la guardó en su casa durante años. Y al fin, un día, pensó en las monjas.

Eran españolas, de las Siervas de María, instaladas en la isla desde 1897. Atendían un hospital junto a la boca del puerto, y permanecieron allí después de la salida de España y la descarada apropiación de la isla por los Estados Unidos. Acabada la guerra, las hermanas, con la natural nostalgia, adoptaron la costumbre de saludar desde la galería del hospital, agitando sus pañuelos, cada vez que un barco de su lejana patria entraba o salía en el puerto. Eso dio a Rocaforte la idea de confiarles la bandera. Se presentó en el hospital, contó la historia a la madre superiora, y le entregó la enseña. Y desde entonces, cuando entraba o salía de San Juan un barco español, las monjas hacían ondear en la galería, en vez de pañuelos, la vieja bandera del barco perdido.

Todavía lo hacen, un siglo después. De las veintisiete monjas que atienden hoy el hospital de las Siervas de María, ya sólo cinco son compatriotas nuestras. Pero cada vez que un barco español pasa frente al hospital, navegando lentamente por la canal de boyas, su capitán cumple el viejo ritual de dar tres toques de sirena y hacer ondear la bandera en respuesta al saludo de las monjas, que desde la galería agitan la suya. De haberlo sabido, aquel anónimo marinero del Antonio López que hace ciento doce años se arrojó al mar, intentando ganar la playa bajo el fuego norteamericano con la enseña de su barco atada a la cintura, estaría satisfecho. Me pregunto si quienes salieron a la calle tras el último partido del Mundial de Fútbol, llenándolo todo de colores rojo y amarillo, serían conscientes de que se trataba de la misma memoria y la misma bandera. Y de que, al ondearla con júbilo en calles y balcones, rendían también homenaje a tanta ingenua y pobre gente que, manipulada, engañada, manejada por los de siempre -«Aunque Sí Pierda El Barco», ordenaron los que diseñan banderas pero nunca mueren defendiéndolas-, cumplió honradamente con lo que creía eran su deber y su vergüenza torera. Y esto incluye a las monjas de San Juan.

sábado, 4 de septiembre de 2010

¿Y si el fundamentalista es cristiano? 'Las cruzadas vistas por los árabes', de Amin Maalouf

Un grabado musulmán de la época de la temible caballería árabe

El otro día preguntaban en la lista de correo de Wargames en castellano sobre libros de Historia que relataran las Cruzadas. En aquel hilo se preguntaba sobre cómo estaban dos libros sobre este conflicto: Las Guerras de Dios, de Christopher Tyerman y La Historia de las Cruzadas, de Steven Runciman.

Como veréis los enlaces hablan maravillas de estos libros, pero yo no pude dejar de introducir una aportación, que es un libro fundamental para poder comprender nuestra propia Historia desde el punto de vista del enemigo. Así que dejé este comentario, que aprovecho, porque estoy un poco vaguete, para enseñaros un libro que sí muestra la Historia desde allá donde no la imaginamos.
Si quieres aprender un punto de vista distinto sobre las Cruzadas, no puedes dejar de leer Las cruzadas vistas por los árabes, de Amin Maalouf. Aparte de divertidísimo de leer y fenomenalmente documentado, es una joya que todo amante de la Historia Militar debería haber leído puesto que contemplarse como agresor (fundamentalistas cristianos arrasándolo todo) cuando toda la vida has pensado que eras liberador (piadosos cristianos reconquistando Jerusalén) abre muchísimo la mente a la hora del estudio de esta disciplina.

Y que conste que es un libro escrito en la época de la Guerra Fría, mucho antes de que el conflicto Este-Oeste virara de Norte a Sur y se convirtiera en algo religioso tipo Jihad-Cruzada como es hoy; así que no se puede leer como si fuera contra los europeos sino como un punto de vista peculiar y necesario. Aquí podéis ojear un
resumen.
Toda una joya de libro. Ya os lo estáis perdiendo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Tal día como hoy... Hitler invadió Polonia

Soldados alemanes desmantelando la frontera de Polonia en 1939

Hace 71 años que la Alemania del III Reich invadió la ciudad libre de Danzig, primer día de la invasión de Polonia que dio comienzo a la terrible Segunda Guerra Mundial.

Gracias a Borja Sierra -gran wargamer, rolero, apasionado a la Historia y científico nanotecnológico- puedo compartir con vosotros este enlace de la Hemeroteca del ABC en el que se muestra el periódico del 2 de septiembre de 1939 (las noticias entonces viajaban lentas y eso que el bombardeo de Danzig comenzó a las cinco de la mañana del día 1). Interesante portada y la sección de Actualidad Gráfica por las que este periódico fue puntero durante decenios en este país. La información, a partir de la página 9, que es la que dejo para que podáis leer lo que se decía en aquellos tiempos de aquel conflicto.

Destaca una frase en especial del artículo editorial de ABC sobre lo ocurrido: "No es hora de esperanzas ni de vaticinios. Las piezas bélicas sobre el tablero no permiten aún determinar los caracteres de la partida. Más nosotros, que acabamos de salir de una guerra terrible, quizá en esta hora tenemos elementos bastantes para enjuiciar el horror que se cierne sobre Europa".

Lee el número de ABC del 2 de septiembre de 1939.