lunes, 6 de junio de 2011

El enigma del mensaje Verlaine (Día D)

Paracaidistas norteamericanos esperando ser lanzados en Normandía

Como hay que celebrar el desembarco de Normandía porque hoy es 6 de junio y como no quiero hacerlo con lo de siempre, os dejo este artículo de Jan, el administrador del grupo en español líder en debate sobre Historia Militar De Re Militari (si no lo conoces ya te estás apuntando) sobre el mensaje Verlaine, el famoso de los violines que alertó a la resistencia francesa de que llegaba la invasión desde las islas británicas. Con sorpresa para todos, puesto que ese mensaje no debía haberse transmitido por la BBC.

Por cierto, al final del artículo tenéis unos enlaces a una página de fotos del desembarco recién sacadas a la luz y otro para que oigáis el mensaje Verlaine tal cual se emitió y con alguna que otra anécdota más.



A las 21:45 horas del 5 de junio de 1994, el servicio de escucha radiofónica del ejército alemán en la costa francesa informa a sus superiores haber captado un mensaje proveniente de la emisora de radio BBC de Londres, que podría prevenir a la resistencia francesa de una operación aliada.

Es una operación de alerta rutinaria, pues mensajes como estos cruzan todos los días el Canal de la Mancha.

Este mensaje en particular era un poema llamado la Canción de Otoño, del francés Paul Verlaine:

Les sanglots longs
des violons
de l'automne

blessent mon coeur
d'une langueur
monotone.


(La traducción es: "Los largos sollozos de los violines de otoño... mecen mi corazón con monótona languidez")


El texto es transferido al Abwehr para su decodificación y cotejo con otras informaciones existentes. Los agentes del Abwehr, el servicio de inteligencia y contraespionaje de la Wehrmacht, consiguen descifrar la clave oculta en los versos con una celeridad y acierto sorprendente.

De forma que aún hoy se desconoce, el servicio secreto alemán llega a la conclusión inequívoca de que los versos de Verlaine anuncian la inminencia de un desembarco aliado en la costa francesa, y previenen de ello al general Salmuth, a cargo de la defensa del Muro del Atlántico de la costa noroccidental europea.

Von Salmuth, comandante del 15.º Ejército alemán, eleva la información a sus superiores casi en el acto, de tal forma que hacia las 10:15 horas, el comandante del Frente del Oeste, Rundstedt, y el OKW, el Oberkommando das Werhmacht, el Alto Mando del ejército alemán, integrado por Jodl y Keitel, estaban ya enterados de la emisión del poema y su significado.

Sin embargo, la oficialidad germana estima que las pésimas condiciones atmosféricas en el Canal, advertidas en los partes del servicio meteorológico, desaconsejan cualquier operación anfibia o aeronaval en ese sector este día.

Además, los alemanes dan por supuesto que los aliados no emitirían un mensaje de tal importancia, de forma tan fácil de intervenir y prácticamente sin codificación alguna, con el agravante de ser difundido por la célebre BBC, la emisora más escuchada del planeta. Uno miembro del estado mayor expone el pensamiento germano claramente:

"¡Eisenhower no va a encargar a la BBC anunciar el desembarco!"

Así pues nadie presta más atención al Mensaje Verlain. A pesar de ello, en el Abwehr están convencidos de la veracidad de su información y su conclusión, y seguían decididos a investigar su procedencia, el único cabo suelto que parecía existir.

Lo cierto es que en estos momentos, los aliados ya han comenzado un ataque electrónico contra las estaciones alemanas como cobertura previa a la invasión.

Las estaciones de radar alemanas situadas en Cherburgo y El Havre se encuentran cegadas por interferencias y señales confusas. Sólo los radares de Fécamp y Calais parecen funcionar. Los germanos atribuyen este fenómeno al mal tiempo.

Al otro lado del Canal de la Mancha, Eisenhower es informado de la inoportuna transmisión nocturna radiada por la BBC.

No debía haberse transmitido por la BBC
Este mensaje clave debería haberse cifrado y dado por otros medios, como se hizo, pero no emitirse radiado en abierto a toda Europa Occidental, como también acababa de hacerse...

El servicio de inteligencia británico, el MI-5, es encargado de encontrar la respuesta al indiscreto suceso, mientras en las costas de Inglaterra miles de soldados aguardan ya en sus buques el momento de surcar el Canal.

En medio de aquel clima de tensión contenida, los agentes del MI-5 se dirigen velozmente en automóvil a la Associated Press, buscando al responsable de haber facilitado la nota con el texto de Verlaine a Radio Londres, para su inclusión en la parrilla de programación. Pero nadie ha redactado tal nota o la ha visto, ni consta en los archivos.

Los del MI-5 llegan a la BBC embutidos en sus trajes y ocultos tras sus sombreros de ala ancha. Bloquean los accesos al edificio e interrogan a todo el personal de la emisora.

Los curtidos agentes llegan a la improbable conclusión de que ninguno de los presentes ha leído el poema ante el micrófono, ni sabían de su existencia.

En el menú de mensajes no figura, ni en los cacheos y registros aparece nota alguna. Todos se conocen en el edificio, nadie ha entrado o salido en las últimas horas, y mucho menos un desconocido ha tenido acceso a la sala de locución, siempre rodeada de personas.

O alguien miente muy bien y se puede esconder hasta hacerse invisible, o han sido varios empleados que se encubren entre sí; la otra opción sería considerar que la BBC no fuera emisora del fatídico texto.

Agotando la última solución lógica, los agentes inquieren a técnicos del MI-5 sobre la posibilidad de que una señal ajena se pueda "montar" sobre la de la BBC, pero estos afirman que en las características de la emisión del mensaje de Verlain no se apreciaba interferencia externa; el acoplamiento no podría ser tan perfecto, al menos con la tecnología que se conoce. El presunto traidor debe trabajar en la Associated Press o en la misma Radio Londres, o en las dos.

Poco más se puede concretar esta noche acerca de este hecho paradójico. La Operación Overlord continúa en marcha. A las 23:30 horas comienzan los bombardeos sobre puntos estratégicos de la costa francesa, y a las 00:15 horas del 6 de junio los primeros paracaidistas aterrizan en la zona ocupada.

En breve habrá una lucha a muerte en Normandía. La sorpresa es absoluta; tan solo en la playa Omaha hay resistencia, en gran parte debido a la presencia de la veterana división 352 alemana; la inteligencia aliada no pudo descubrir dónde se encontraba descansando esta unidad.

Sin embargo, al noroeste de Caen las tropas alemanas si estaban preparadas, al haber dado la alarma von Salmuth, el único que creyó en la trascendencia del Mensaje de Verlain. Pero de nada sirvió, al haber elegido los aliados las playas normandas, más al suroeste, circunstancia que el Abwehr no previó.

El MI-5 deja de investigar el suceso tras haber logrado los aliados ganar una cabeza de playa y avanzar hacia el interior de Francia; la guerra requería de sus servicios en otras operaciones más importantes, hasta que por fin, un año más tarde, el régimen nazi cae y la contienda termina.

Tras el conflicto, toneladas de documentos secretos incautados a los alemanes serán minuciosamente examinados. Los germanos son metódicos en lo referente a la archivística y almacenaron gran cantidad de informes.

Entre la documentación del Abwehr no se encuentra reseña a alguna red de espías que pudiera ser responsable del Mensaje Verlain. De existir tal documento, habría podido ser destruido por los alemanes antes del final de la guerra. Se sabe las destrucciones masivas de ficheros.

Sin embargo no hay ni un sólo testimonio verbal que avale vagamente la existencia de un complot en la BBC, ni siquiera un rumor.

Y por supuesto, no hay que olvidar que el Abwehr, desde un primer momento, interpretó correctamente el significado de la clave como enemiga, no como proveniente de agentes propios...

Para el rápido y exacto descifrado que hicieron los alemanes del mensaje tampoco se ha podido hallar una explicación satisfactoria.

Quizás hubiese un traidor entre la resistencia francesa, o la Gestapo hubiese arrancando la clave en uno de sus interrogatorios a algún infeliz, pero los aliados no tienen constancia de que este grave fallo de seguridad se hubiese producido. De hecho, la Operación Fortitude había contaminado todo el servicio de contraespionaje alemán respecto a la Operación Overlord.

El estudio de la documentación incautada y los interrogatorios de posguerra no arrojaron ninguna luz sobre quien, como y donde se leyó el poema de Verlain, pero esta lectura emitida se produjo, no es ningún mito histórico.

Los años de la posguerra pasaron, y se va haciendo extraño a medida que transcurre el tiempo y se dan a conocer secretos de la guerra, que en cambio de este curioso asunto no se consiga averiguar absolutamente nada, lo cual hace pensar que su autoría ya no se conocerá jamás.

Quizás fue obra de uno o dos simpatizantes ingleses que actuaron al margen del servicio de inteligencia alemán, en cuyo caso se llevarían el secreto a la tumba tras haber residido el resto de su vida en Gran Bretaña; sus conciudadanos y descendientes no les perdonarían semejante conato de traición nunca, por lo que guardarían silencio.

También se ha barajado la hipótesis de que alguien pudiese haber cometido un error y lo ocultara por temor al castigo primero, y la vergüenza después. Pero el personal de Radio Londres quedó siempre fuera de duda.

El historiador Paul Carell describirá el enigma del poema de Verlain como una "laguna psicológica, cuya verdadera razón no hemos conseguido aún averiguar."


Jan / De Re Militari

Si has llegado hasta aquí, que seguro que sí por lo interesantísimo del artículo, lo prometido es deuda:

      Nuevas fotos sobre el desembarco de Normandía.


1 comentario:

Anónimo dijo...

La traducción de blessent de los versos es incorrecta. No es "mecen" sino "hieren".