domingo, 22 de enero de 2012

'Silencio en la nieve' - Peliculón en la Segunda Guerra Mundial sin maniqueísmos ¡y de la División Azul!



Sí, ya sé que prometí un documental sobre los republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial en mi anterior entrada dominical de Documentales, pero es que hoy he ido a ver la película Silencio en la Nieve, de Gerardo Herrero, con Juan Diego Botto y mi paisano Carmelo Gómez como protagonistas. Y como me he quedado gratamente sorprendido por la ambientación artística y el desarrollo de la historia de misterio, junto a la falta absoluta del maniqueísmo propio del cine español con los falangistas y republicanos no he podido resistir volver a hablar de la División Azul.

Porque esta es una película de misterio en el entorno de la División Azul en el lago Lagoda, en 1943 durante el sitio de Leningrado y justito antes de la batalla de Krasni Bor (que se muestra al final de la película). Y cualquiera que conozca el cine español pensaría en que terminaría mostrándose lo malísimos que eran los falangistas... pero no. Gracias a Dios. No. En la película se muestran las tensiones soterradas, sobre todo sufridas por el protagonista, Arturo Andrade (un antiguo inspector de policía que es soldado raso y que lo más probable es que lo fuera en el bando republicano, aunque él es lo suficientemente reservado como para que no se sepa) y los expedicionarios españoles de la Blau Division (número 250 de la Wehrmacht) con los alemanes.

Sorprende ver en una película española a los soldados cantando un himno falangista y una trifulca bastante tensa de ellos con los soldados nazis... mostrando el orgullo y el honor de ser español después de haber defendido (como pueden y sin demasiado éxito) a la población rusa. Además, la guerra no está en el fondo, sino en la forma de la película... y se ve perfectamente cómo es la vida en la misma y cómo da igual quién narices seas y qué pienses mientras seas compañero y protejas a los tuyos. Y que lo que ocurre, injusticias gordísimas y terribles, no dejan de ser algo secundario cuando te toca sobrevivir en un lugar tan horrible y tan peligroso.



Respecto a la dirección artística. Un 9,9, casi un 10. Una pasada. Los uniformes perfectos, la falta de disciplina en los soldados españoles (buenísimos en combate según Hitler, pero indisciplinados como nadie sobre todo a la hora de vestir) se muestra a la perfección sin incidir en ella más que en un sólo momento (y hay que darse cuenta porque es súper sutil). Camiones y motos y coches y hasta un Panther (sí, un Panther... a ver cuántas veces habéis visto uno de esos en una película) sacados de los museos de Lituania (donde se grabaron muchas escenas). Las zonas de combate, perfectas. Las zonas de recreo, perfectas. Incluso hasta se apuntan a mostrar a soldados húngaros, rumanos, italianos (ojo al guiño sobre la valentía de estos últimos, que me da a mí que a los spaguetti no les va a gustar nada pero tiene hasta su gracia), alemanes... prisioneros rusos, civiles y partisanos con una precisión envidiable.

Quizás esto tenga que ver con que Gerardo Herrero, su director, es también productor. Y eso se nota. La producción de la película es excelente. Los detalles están muy, muy cuidados. Incluso una escena, donde se ve un fusilamiento (y donde se pasa mal y los actores lo muestran), es una historia real (y muy dura). La película se basa en una novela del ovetense Ignacio del Valle, que vive en Madrid, titulada El tiempo de los emperadores extraños (que continúa con las andanzas de Arturo Andrade en Los demonios de Berlín, durante el asalto soviético a la capital del III Reich al final de la guerra). De escritura rápida y ágil, muy directa; buenos diálogos, mañana me compro las dos (bueno, tres, que el primer libro de Andrade es El arte de matar dragones. Parece ser que el autor que se documentó bastante bien y, según dicen, es un literato de mucha altura y, la verdad, me recuerda a Arturo Pérez-Reverte; eso mola).



Hay críticas de todos los gustos. Hay gente a la que le parece lenta. A otra una pérdida de tiempo. Sin embargo, la mayoría de las personas alaban su producción y su dirección artística y la falta (ya era hora) del estúpido maniqueísmo del cine español. Incluso hay gente que critica que la trama se vaya mostrando más por los secundarios que por las habilidades de los dos investigadores (en plan Sherlock Holmes por Andrade y Watson por el personaje de Carmelo Gómez, el sargento Espinosa... con un curioso acento berciano por parte de este último, la verdad). Elentir critica que parezcan dos periodistas más que dos investigadores... pero uno, que sí ha sido periodista durante 16 años, sabe que las hipótesis investigadoras van cambiando al entrevistar a las personas incluso siendo policía, así que me parece que es verdaderamente genial la forma de hacerlo... y el resultado es de una veracidad excelente.

La historia de misterio es buena y te interesa durante toda la película. Ésta no tiene muchas concesiones, ya que la primera escena muestra el asesinato inicial de golpe: aparece un soldado muerto en el lago Ladoga entre unos caballos congelados (demasiado artísticos, demasiado de “cine”) con un lema grabado a cuchillo en su piel. “Mira que te mira Dios”... y la cosa continúa y te sigue interesando entre todas las demás peripecias que sufren los guripas. Hay historia de amistad, entre Andrade y un peqeño ruso, y de amor con una guapa mujer de la zona (poco desarrolladas las dos, pero lo justo). Y se agradece que cuando se puede ver desnudos... el director haya tenido el gusto de no mostrarlos porque sí. Elegancia.

Quizás, como en todas estas historias (a falta de leer el libro) y películas, el desenlace de la historia de misterio es demasiado rápido, de golpe... pero trucos de guión no hay. El espectador tiene las mismas pistas que Andrade y Espinosa... e incluso descubre circunstancias por sí solo, sin que se las tengan que decir de palabra. Hay malos, claro, pero no por ser guripas o falangistas o curas o republicanos, sino por ser personas verdaderamente hijasdeputa o que cometieron un grave error que les atormenta la mente. También hay un puntito que entre me desagradó y me encantó... ya que al final de la película una pista crucial se ve de forma muy difícil (aunque tiene motivo tanto visual como argumental). Pero la historia de misterio no es la única que termina. Al final de la película se puede ver la batalla de Krasni Bor, en la que la división sufrió muchísimo ante una acometida brutal de los soviéticos, aunque resistió. Ahí se alcanza un climax que se resuelve de forma magistral. La película, en sí misma, cuenta dos historias: la investigación y la vida de soldados españoles en el Frente del Este en la Segunda Guerra Mundial.



Me gusta mucho el tratamiento del inspector/soldado raso Andrade y los oficiales que le dan “mando” ficticio para investigar. Incluso se lo espetan a la cara. Me encanta la reserva de este personaje ante su pasado, cómo intenta evitar que le hagan fotos, cómo muestra su humanidad y su técnica policial dura a la vez. Cómo trata a todo el mundo de forma que a él no le perjudique estar tanto con un falangista, con un soldado de carrera, con un acusado de atentar contra Franco homosexual (protegido por el propio dictador, sorprendentemente), con gente que esconde secretos que él conoce. De Espinosa, interpretado por Carmelo Gómez, me gusta su forma de ver la guerra, aún siendo falangista, y la inclusión de su propia personalidad como ciudadano rural... ofreciendo unas opiniones directas y cercanas a cualquier persona sobre la guerra, la división y su propia vida o la anterior de Andrade. Los secundarios, además, son magníficos... sobre todo el cabo furriel.

La guerra como fondo y en la forma de la narración
Y que es una película en la guerra, pero no en sí de guerra. Pero ay, Herrero ha sido tan minucioso que se pueden observar muchas situaciones bélicas muy bien descritas y ninguna jichada. Vamos, lo que hay en un sitio donde la gente se congela, donde los soldados se tienen que cubrir el culo y donde las personas las pasan putas y la gente muere, da igual por el enemigo o el supuestamente amigo. Cuidadísimo todo, cuidadísimo. Mostrando prácticamente toda la división, salvo los combatientes de primera línea: intendencia, hospital, Estado Mayor, las duchas, los lugares donde viven los soldados, el cabo cartero, el comandante de tanques (hay que saber algo de uniformes para darse cuenta de quién es el tanquista, pero se vé a la legua), los caminos, las posiciones destacadas, la zona de guerra, los bombardeos, las cartelerías soviéticas (me extrañó verlos, porque los carteles lo más probable es que los quemaran para hacer combustible, pero es el cine), el lugar 'secreto' de juegos peligrosos (qué homenaje a El Cazador, por favor, y qué bien rodada la escena... acojona e impone) y todo lo demás.

En resumen. PE-LI-CU-LÓN. El ritmo adecuado. Las situaciones medidas y perfectas (quizás el tiroteo en el monasterio y la posterior actuación de los nazis demasiado rápidas, pero se acababa la película). Las actuaciones buenísimas, tanto de protagonistas como de secundarios (en especial ese cabo cartero que mola un montón y el tanquista), el niño ruso que enamora, la mujer que sufre por la guerra pero se protege en manos de un soldado español, los españoles defendiendo a los lugareños y enfrentándose a los alemanes, que se cante una canción falangista sin que nadie se soliviante (y que conste que a mí esa gente me da igual y prefiero que sólo se les vea en las películas)... y el ritmo. Lento, sí, pero es que lo que te lleva es el misterio del asesinato... no los trucos de guión. Incluso hasta los errores que se cometen por parte de todos.



Es una película humana que, encima, tiene una calidad artística muy similar a la de El Hundimiento. Y de la División Azul, pero sin tintes políticos más allá que lo que se necesita para dar una pincelada de la realidad de aquel momento, aquellos hombres y aquel lugar. Y es una peli de españoles en la Segunda Guerra Mundial (hasta ahora sólo ha habido dos películas de la División Azul y en los años 50, con la propaganda propia de aquel régimen dictatorial que muchos vivieron y sufrieron), algo bastante raro en nuestro cine y en la Historia.

Tengo hasta ganas de verla otra vez. Recomendádsela a los amigos, porque sería una pena que esta película tan buena para lo que es el cine español pasara sin pena ni gloria. Sólo por ver los vehículos, la uniformidad, la vida en una división española en guerra, merece la pena. Y la historia está bastante bien. Para mí, PE-LI-CU-LÓN , repito (porque hasta que el ritmo lento beneficie a la película es algo extraño de ver y magistralmente conseguido). Eso sí, yo mañana me compro los libros del inspector Andrade. Espero hablar de ellos aquí.

Y la semana que viene, de verdad, toca que los republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial tengan su protagonismo. Os espero.

Nota: por cierto que me olvido de algo muy importante. La banda sonora es especial, está hecha de maravilla. Hay un momento en el que se escuchan variaciones del "Cara al sol" pero si uno no se da cuenta no las descubre. ¿Por qué? Porque están colocadas en momentos exactos, justos, porque esta banda sonora acompaña la película, le da fuerza, le da intensidad. Está hecha de lujo. Que la banda sonora no destaque, pero acompañe, es algo que pocas veces se vé en el cine español. Otro diez para Lucio Godoy (no es de extrañar si es el compositor de'Los otros').

5 comentarios:

jesus dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con tus comentarios, yo, que había leído, libros como el de Xavier Moreno sobre la División Azul, iba con toda la expectación del mundo. ¿Cómo se tratará a la División Azul? Pues bien, sin maniqueismos y yo añadiría que con respeto y cierto tono de heroísmo. Compuesta por falangistas, militares profesionales, oportunistas, republicanos "reonvertidos" y republicanos que querían rebajar penas propias o de familiares. Dieron toda una lección de heroísmo y de respeto hacia la población.
Es más hace años conocí a un "niño de la guerra" enviado la URSS, combatiente en la II G.M. y me comentaba que pese a las diferencias ideológicas, sentía un orgullo enorme por sus "compatriotas-enemigos", pues cuando pasaban por un pueblo y esté estaban si destruir y además los habitantes mostraban alimentos, sabía que allí habían estado antes los "otros españoles", pues los nazis solo se dedicaban a fusilar a los habitantes.

Strategos dijo...

Gracias Jesús (tocayo) por tu comentario. Ciertamente los españoles siempre han sido soldados duros, pero bastante buenas personas (en aquellas circunstancias) con los civiles.

Anónimo dijo...

Que gracia leer este articulo!!! Resulta que soy el cabo cartero. Me alegro que te gustase la película. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Cuando ví la película me quedé de piedra: ¿Qué hace un Panther en febrero de 1943, cuando su primera aparición fue en la batalla de Kursk, cinco meses más tarde?

Anónimo dijo...

Hola ,trabajé de atrezzista en la parte que se rodó en los estudios de ciudad de la luz (en Alicante)y la verdad estoy encantado con tus comentarios ,(En España se rodó el juego de ruleta rusa que mencionas ,las duchas de la división,la capilla,el interior de la sección de fotografia de la división ,y algunos restos de secuencias mas, también la fabrica sovietica abandonada,todo decorados nacidos del genio de Eduardo Hidalgo ,director de Arte y mi jefe.