Nuevo colaborador en MMilitari, Josep María Osma: Héroe y comandante de la Armada, Antonio Barceló

Hay cosas en la vida que a un simple bloguero le "llenan de orgullo y satisfacción" y le hacen sentirse como un rey. En este caso lo que nos ha ocurrido (ahora puedo decir, "nos" con las participaciones de Benjamín Rodríguez e Ibán García del Blanco, el Senador, en este blog) es que se nos ha sumado voluntariamente un nuevo colaborador que tendréis por aquí cada 15 días, Josep María Osma Bosch (además, los miércoles, cada semana alterna de este gran escritor medio balear, medio asturiano por familia, habrá firmas invitadas; la semana que viene veréis un articulazo).

En este caso, estamos orgullosísimos de presentaros a Josep María Osma Bosch, articulista prolífico sobre un montón de temas históricos, preferentemente de temática naval; y sobre Misterios en las Baleares y de otras cuestiones (de lo que hemos podido descubrir en un vistazo, incluido un artículo sobre el Pañolón de Oviedo en la que descubrimos que es medio asturianu, de la Asturia Trasmontana; ya que yo soy de León, la Asturia Cismontana, lo cual hará que posiblemente nos conozcamos en persona y comamos algún día para hablar de Historia).

Sus escritos son un poco distintos de los que solemos poner aquí, ya que son serios y muy bien documentados; pero hay que tener de todo en este blog y estamos muy felices de contar con alguien como él. Esto da caché a Manu Militari. Y mucho.

Así que os dejamos con su artículo sobre el magnífico Antonio Barceló, que casi, casi, consigue doblegar a la guarnición inglesa de Gibraltar en el tercer asedio al peñón entre 1779 y 1783; entre otras increíbles acciones. Otro héroe de la Armada Española olvidado, para variar, pero hoy le damos luz y lustre a su figura gracias a este otro balear que nos va a dejar sorprendidos más de una vez en este blog. Seguramente.

¡No se olviden de cumplir la orden de aquí abajo!


El corsario y comandante general de la Armada Española Antonio Barceló y Pont de la Terra

Josep Maria Osma Bosch
josepdemallorques@gmail.com

“Sí el rey de España tuviera
cuatro como Barceló,
Gibraltar fuera de España
que de los ingleses no”


Copla popular andaluza

El pasado mes de enero, la Asociación de Amigos del Castillo de San Carlos, de Palma, en colaboración del Centro de Historia y Cultura Militar de Baleares, de cuyas entidades soy asociado, organizó varias conferencias sobre el corsarismo balear impartidas por eminentes historiadores expertos en el tema. Muchos han sido lo baleares que a lo la largo de la Historia que obtuvieron patente de corso, pero el más famoso de todo ese interminable rol, destacó Antonio Barceló y Pont de la Terra, un hombre que empezó de simple grumete y que llegó al máximo grado en la Armada, y que sería conocido por sus paisanos como el Capità Toni y del cual, en Mallorca, todavía perdura el dicho popular en mallorquín de "Més brau que Barceló per la mar" ("Más bravo que Barceló por el mar" en castellano).

Nuestro personaje nació en Palma el 31 de enero de 1716 en el actual número 12 de la calle del Vi, en el Puig de Sant Pere, barrio de Santa Creu, núcleo urbano ligado a los oficios del mar. Fue hijo de Onofre Barceló, reconocido patrón de un jabeque que realizaba funciones de correo entre los puertos de Palma y de Barcelona, siendo su madre Francesca Pont de la Terra.

Primeros combates
En su adolescencia ya demostró su interés y valía por la navegación. A los 18 años de edad, habiendo fallecido su padre, se hizo cargo del jabeque correo familiar. En 1738, durante uno de esos trayectos, teniendo la patente de corso, y prestando servicio de transporte de tropas fue atacado por dos navíos de piratas argelinos, y ni corto ni perezoso, se enfrentó a ellos saliendo airoso del combate. Por dicha acción, el 6 de noviembre de ese mismo año, el rey Felipe V le recompensa con el empleo honorifico de alférez de fragata de la Armada Real. Un año antes, Barceló había contraído matrimonio con Francesca Bonaventura Jaume, con la que tuvo seis hijos: Catarina, Onofre, Joan, Antoni, Francesca y Antonia.

En 1741, Barceló recibe la orden del Capitán General de Mallorca y de su Obispo para dar captura a un navío francés que había zarpado del puerto palmesano llevando a bordo a dos amantes fugitivos: Sor Elisabeth Font dels Olors i Penyafort, monja de clausura del convento de la Misericordia de Palma, y el teniente de dragones de Orán Manuel Bustillos, de destino en la capital balear. Dos días después izar velas con su jabeque El León y estando en la zona autoridades mallorquinas fueron juzgados: la religiosa fue condenada de por vida a estar encerrada en su celda, y el militar fue ajusticiado cortándole la cabeza con un ingenio, precursor de la guillotina, que él mismo había diseñado.

En el año 1749, Mallorca padecía una de las mayores sequías de su historia, con falta de trigo, racionado el pan por escasez de harina. Ante esa precaria situación, el Comandante General comisionó a Barceló para que se trasladase con su navío correo, el cual, a pesar de su carrera militar siguió conservando, los negocios eran los negocios, se trasladase a Barcelona para recoger una gran cantidad de ese cereal.

Pasaban los días y los expedicionarios no hacían acto de presencia en las costas mallorquinas, las autoridades y población temían que habían sido capturados por los argelinos que merodeaban por aguas baleares. A pesar de que los vientos no eran muy favorables para la navegación, el capità Toni tenía prisa por llegar a Palma, y para lograrlo vació, sin ser visto, toda el agua potable de a bordo informando a su tripulación que no quedaba ni una gota, y si no querían morir de deshidratación, tendrían que forzar al máximo sus labores para pisar llegar a la capital balear. Horas después, el barco de Barceló atracaba sin novedad en el puerto palmesano. El rey Carlos III, tras recibir el informe de ese servicio humanitario de Barceló, lo nombró, sin sueldo, teniente de fragata.

Capitán de fragata, e inmediatamente de navío
Barceló, en 1762, ya era capitán de fragata con carácter efectivo y ser, por disposición real, miembro del Cuerpo General de la Armada, estamento reservado solamente para oficiales de carrera, cosa que a la oficialidad no veía con buenos ojos que un plebeyo compartiera con ellos oficio. En este mismo año, el temerario mallorquín protagonizó otra hazaña que le valió el ascenso al empleo inmediato, a capitán de navío, equivalente a coronel del Ejército de Tierra, y con un sueldo vitalicio de 12.000 reales.

Sucedió cuando al mando de una flota de seis jabeques, con su peculiar táctica de abordaje ahorrando de esa manera pólvora, y siendo herido gravemente en la cara, la captura de cuatro naves berberiscas en la ensenada de Melilla, el mayor de ellos de veinticuatro cañones, entre cuyo botín conseguido figuraba mismísimo sanguinario caudillo pirata Selím, muchos de sus secuaces, y el rescate de centenares de personas que iban a ser vendidos como esclavos; en esa lucha murieron por parte mora sesenta y seis hombre y por diez por parte española.

Inventa la Cañonera
En 1781, Barceló, ya ostentando en su casaca los entorchados de brigadier, o sea, general de brigada, estando en asedio a Gibraltar, el tercer intento de recuperación de la plaza en manos británicas desde el año 1713, mandando una flota de bloqueo con base en la cercana Algeciras, puso en práctica por vez primera las lanchas cañoneras por él mismo diseñadas y cuya misión era bombardear a los buques ingleses fondeados en la bahía gibraltareña.

Modelo de la cañonera de Barceló

Se trataba de unas embarcaciones de construcción sólida, de 17 metros de eslora, 5, 5 de manga, 1, 8 metros de puntal, artilladas con un cañón giratorio del calibre de 24, y fuerza motriz de 14 remos por cada banda, y recubierta con planchas de hacer sobre su línea de flotación para repeler impactos enemigos, siendo la mayoría de ellas construidas en los astilleros de Palma, su desventaja era que hacía su navegación estando la mar en mal estado debido a la baja altura de sus laterales; sobre ellas, Barceló, dijo: "Sólo con las lanchas espero dar una victoria muy completa y victoriosa mediante el favor de Dios"; aunque consiguió muchos triunfos con sus cañoneras, la batalla terminó con la derrota española, pero no fue motivo para que se le ascendiese a comandante general con mando de la escuadra naval corsaria en Baleares, países árabes y el derecho de franquicia para los barcos de su propiedad.

Tenientía general y fallecimiento
Asciende teniente general en 1783 cuando se firma la paz de Versalles por el cual España reconocía la soberanía de Inglaterra sobre Gibraltar a cambio de recuperar la isla de Menorca. Cinco años después, el rey Carlos IV le encomienda el mando de la flota concentrada en Algeciras con la misión de defender la ciudad que el sultán de Marruecos había puesto a Ceuta, pero, esta acción no llegó a efectuarse debido al inesperada paz entre España y el reino Alauita.

Falleció en su casa natal el 30 de enero de 1797, siendo enterrado en la capilla de San Antonio de Padua, hoy en día dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, de la parroquia de Santa Creu, templo del que era benefactor costeando su altar mayor. Hace dos años, de nuevo se intentó trasladar sus restos mortales al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando, en Cádiz, al no poder lograrlo se colocó una lápida en su honor con la leyenda "A la Memoria del Teniente General don Antonio Barceló".

Antonio Barceló i Pont de la Terra, no siendo de clase nobiliaria carecía de escudo heráldico, y seguramente por ese motivo creo el suyo, veamos lo que nos dice sobre esa enseña el polígrafo Joaquim Maria Bover de Rosselló en su Nobiliario Mallorquín, página 47, en la imprenta de Pedro José Gelabert, en Palma de Mallorca, año 1850: “Un navío flotante sobre el mar; un celaje con estrellas de plata, y en la barba una cabeza de moro con un tajante que le atraviesa”.

Homenajes y clase de patrulleros en su honor.
En 1967, el Ayuntamiento de Palma de Mallorca lo nombre Hijo Ilustre de la Ciudad y le dedicó una lápida en el lugar donde vino al mundo. El 5 de mayo de 1971, la Cambra de Comerç, Industria i Navegació de Palma le erigió en un jardín del Paseo Marítimo un monumento realizado en bronce por Remigia Caubet, en el que se representa a Barceló de medio cuerpo vestido con casaca militar portando entre sus manos un catalejo, y las inscripciones en su monolito de piedra: “El Comercio y la Industria de Mallorca a la Navegación Española. 1791"., y “Al Patrón don Antonio Barceló, Teniente General de la Real Armada. 1716-1797".

El 4 de diciembre de 2009, tras 33 años de servicio, en un acto celebrado en el Arsenal de La Carraca de San Fernando, en Cádiz, la Armada de nuestro país daba de baja en la lista oficial de buques de la Armada al Patrullero Barceló P-11. Construido en los astilleros de Lüssern Werft, en Bremen, Alemania, fue el primero de los patrulleros-cañoneros de cuya serie tomó el nombre.

Sus características: botado en el 10 de octubre de 1975; desplazamiento de 134 toneladas; eslora de 36, 20 m.; manga de 5, 80 m.; calado de 1, 40 metros; tripulación de 20 hombres; propulsión de dos motores diesel MD 16V 538 TB90; velocidad de 26 nudos náuticos; autonomía de 1.200 millas marinas a 17 nudos; potencia de 2.800 CV; y armamento un cañón Bofors de 40/ 70 milímetros; dos ametralladoras Browning de 12,70 milímetros ; y dos cañones Oerlikon de 20 milímetros.

La leyenda
Tanta fama llego a tener este marino ilustre que el mismo rey Carlos III en 1762 quiso conocerlo concediéndole una breve audiencia privada, en la cual se protagonizó entre ambos esta curiosa anécdota con la que doy por finalizado este artículo. El rey le preguntó qué cómo se encontraba, pero el mallorquín, padecía sordera y no respondió. Un ayudante de cámara advirtió al monarca del mal que padecía el marino. Carlos III, le formuló otra pregunta: “Qué tal lo moros Barceló?”, quien respondió “Temiendo el nombre de Su Majestad”; sorprendido el rey le replicó “No, Barceló, el que temen es el tuyo y el que les hace huir; y vete deprisa que ellos vigilan nuestras costas y pueden saber que estás aquí”.
____

Excelente artículo como habéis podido leer. Un lujo para Manu Militari tener como colaborador a Josep María Osma Bosch. No sabéis cuánto se lo agradecemos.

Eso sí, para que sigáis investigando os dejamos la entrada de la Wikipedia de Antonio Barceló.